sábado, 12 de febrero de 2011

ENTREVISTA A KIM KI-DUK


No hemos podido encontrar una entrevista dedicada exclusivamente a “Domicilio Desconocido”, así que hemos seleccionado aquellas preguntas y respuestas que nos han parecido más interesantes de una serie de entrevistas que, a lo largo de los años, Kim Ki-Duk ha ido ofreciendo.


“Time” y “El arco” hablan mucho acerca de la incomunicación humana. ¿Por qué cree que el hombre moderno tiene tantos problemas para comunicarse?

Hay varias razones pero creo que principalmente se debe a la codicia por cosas más hermosas o a deseo insatisfecho de la gente. La gente también cuestiona su identidad a lo largo de la vida. Las personas tratan de comunicarse con otros porque quieren que los otros reconozcan su identidad, pero a ratos fracasan.

La protagonista de “Time” toma una decisión radical: cambiar totalmente su imagen. ¿Es, de alguna forma, una denuncia contra la insatisfacción del hombre moderno por su aspecto y la obsesión por la belleza?

La cirugía plástica puede cambiar la apariencia exterior pero con frecuencia creo que repara el alma. Creo que la gente ansía dibujar una nueva imagen en un nuevo pedazo de papel cuando no les gusta su pasado. Esto se expresa al borrar sus memorias lastimando su cuerpo y dando una nueva imagen. Su primer deseo es ser más bellas pero lo que realmente quieren es conseguir un nuevo corazón. Así, creo que la cirugía plástica no altera el cuerpo sino en realidad cura la enfermedad del alma.

¿Qué le importa más en una película: el lenguaje o los personajes?

En sentido general pienso que una película es la combinación de historia e imagen. El silencio sin líneas es también diálogo. En el silencio la gente puede estar atenta a las expresiones de la cara y la escena. El silencio le permite a los espectadores oír el diálogo del corazón. Algunas veces tiene más sentido porque ayuda a la audiencia a entender y querer al personaje malo. Por momentos la actuación en películas se logra mejor con diálogos y otras veces con los ojos y expresión facial. Para mí, el diálogo y los personajes son el mismo.

A propósito de su manía por los grandes silencios, ¿no cree que el cine se ha vuelto demasiado ruidoso?

Cuando escribo el primer borrador del libreto uso mucho diálogo. Después les muestro el libreto a los actores, los hago memorizárselo y durante la filmación voy eliminando diálogos. Incluso cuando las líneas son largas los actores entienden la emoción así es que no hay problema al momento de la actuación. En el caso de otras películas, el diálogo es importante y, a veces, hace más interesante la cinta.

Algo similar sucede con las secuencias, no dan respiro. Pero usted se toma su tiempo en cada escena. ¿Qué busca con ello?

Algunas veces me gustan las películas aceleradas y otras veces no. Pero me gusta que mis películas sean lentas. Es importante tener tiempo suficiente para pensar y sentir. Pero la mayoría de las películas están dirigidas a la audiencia de una sociedad moderna acelerada. Hay quienes quieren eso pero hay otros que buscan películas que aunque sean lentas tengan distintos sentidos como mis películas. En lugar de pensar en el cine como mero entretenimiento, me gusta pensar que en el arte de filmar se cuestiona la vida.




¿Está el cine condenado a sólo entretener?

Todo lo que crece vuelve a ser pequeño. Esa es la historia y el proceso de la humanidad. Alguna vez hubo un periodo en el que floreció el arte, y ahora es únicamente entretenimiento. Algún día la gente se va a cansar de la recreación y se va a empezar a cuestionar la ligereza del mundo y se hará de nuevo historia con preguntas y reflexión.

Alguna vez usted ha mencionado la importancia del pintor Egon Schiele en su formación. ¿Qué le ha aportado a su actual oficio de cineasta su experiencia como pintor y fotógrafo?

Schiele expresa el dolor y la tristeza en sus cuadros. Una parte de mis películas están relacionadas con ese tipo de expresión. Pero no quiero enseñar la suciedad y la pureza, lo admirable o lo reprobable, sino que intento hablar de cosas extremas que se unen. Todo es una unidad. He aprendido a reconocer que los colores blanco y negro son los únicos que existen, son en realidad un solo color. Los conceptos opuestos no tienen, en realidad, naturaleza contraria. No es fácil transmitirlo en una película: a veces me sale bien, otras no.

En su cine es importante el tema del aprendizaje, a veces de la mano de una persona, otras por los golpes de la vida.

Los ancianos de mi cine suelen ser maestros que demuestran lo que han vivido y superado. Tienen mucha experiencia vital, son casi como dioses y enseñan a los demás personajes. Así se muestra el círculo de la vida. Después de aprender en la vida, llega el proceso de enseñar. Aunque en “El Arco, el hombre mayor aún no es un maestro como tal. Es todavía un ser humano con su conflicto interior, lucha con un deseo que no lo deja en paz... No ha llegado al punto de sabiduría del protagonista de “Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera” quien ha hecho todo un proceso de aprendizaje para ser sabio como los ancianos.

¿Considera necesario trasponer la barrera del físico para llegar al espíritu? En “Hierro 3” volverse invisible, en “Primavera...” atravesar la prisión, en “El arco” la muerte...

Hay que traspasar esa barrera. Sin embargo, no tengo la certeza total de que haya que eliminar el cuerpo.

Sus películas son bastante duras y, sin embargo, al mismo tiempo, muy bellas. En "Samaritan Girl", "La isla" o "Domicilio desconocido" se las ha arreglado para hacer nacer la belleza en cosas que son lúgubres, sórdidas. ¿Cree que la capacidad de reconocer la belleza en todo lo que nos rodea es necesaria para sobrevivir?

Sea cual sea la clase social de cada uno, no es obvio decir que se es feliz. Los que son ricos desean quizás otra cosa, pero el hecho de quitarles el dinero no haría forzosamente que lo consiguieran. Y lo mismo sirve para los pobres, que pueden esperar ser más felices con más dinero sin que ese sea realmente el caso.

Así, todos necesitamos consuelo, papel que cumplen los sueños. Los sueños son del cine, y el cine se alimenta de sueños porque son los que nos empujan a vivir. Además, a través de la cámara, una cosa sórdida puede ser vista de otra forma, más alegre, más hermosa. No es sino mirando atentamente algo sórdido que descubrimos su belleza.

2 comentarios:

  1. En varias frases de la entrevista se resume nuestra manera de ver el cine, de entenderlo y de amarlo:

    "El silencio sin líneas es también diálogo. El silencio le permite a los espectadores oír el diálogo del corazón."
    "Es importante tener tiempo suficiente para pensar y sentir. Pero la mayoría de las películas están dirigidas a la audiencia de una sociedad moderna acelerada. Hay quienes quieren eso pero hay otros que buscan películas que aunque sean lentas tengan distintos sentidos"
    "En lugar de pensar en el cine como mero entretenimiento, me gusta pensar que en el arte de filmar se cuestiona la vida."
    "Los sueños son del cine, y el cine se alimenta de sueños porque son los que nos empujan a vivir"
    Fantástica entrevista, si señor

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